REFLEXIÓN:
Hey hermanos,
cambiemos, si alguna vez nos hemos portado muy mal con ellos o les hemos dicho
palabras como “te odio”, “como estos viejos se larguen y me dejen en paz”, entre
otras vulgaridades, estamos a tiempo para pedir disculpas, no esperemos que sea
tarde cuando los veamos a uno de ellos siendo velado, enterrado, para decir
recién ¡perdón!, no esperemos que ese
momento tan doloroso llegue, porque los padres se guardan todo ese dolor para
llorar a escondidas, sin que tú los veas.
Si sentís
vergüenza andar con ellos, deja de
hacerlo, vergüenza es robar, más bien cuando andes junto a tus padres, agárralos de la mano y
diles ”mama”, “papa” , los amo con todo mi corazón y agradezco a Dios por
haberme dado la dicha de ponerlos en mi
camino.
Los amo y
no quisiera perderlos nunca.
Vamos
cambiemos y seamos mejores hijos.
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